Arto de listos tontos,
con retórica
repetitiva en creído derecho de joder al resto, no escarmiento en mi propio
asombro, y caigo de nuevo por tratar de ser honesto.
Fantoche de burda palabra,
sonríes entre
dientes con ridícula sorna, vendido por dos euros cuando te sobran, te vienes
arriba, en la triste hipocresía que tu ego, por sentirse, envuelve.
Llega la calma,
con ella me invade una
gran lastima, viendo con lo poquito que te conformas, vistiéndote desde arriba,
sin valor de palabra, señalado por fantasma.
- Dedicado a todos los listos tontos que
plagan la tierra sin molestarse si quiera, en hacer cara la mentira, dado lo
estúpido y reducido de sus cerebritos derramados no lejos de sus lenguas llenas
de saliva.
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