Propietario de mi silencio,
ardo en el
deseo que calma de sed miedo,
gritando, solo hacia dentro,
me cobijo de
resentimientos,
pues como mortal que soy me siento,
sin entender lo que escucho
y veo.
Esto,
que tan fuerte se cierne dentro.
Sin saber si es amor, odio o
locura.
Encerrado,
me entrego a los brazos insidiosos que de tiempo vergonzoso,
cubren mi rostro.
cubren mi rostro.
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