lunes, 26 de agosto de 2013

Fantasma de mí cerrado castillo.


                         


Aun hoy,

deambulas insistente mi memoria,

recorres sus recovecos,

abres puertas,

mártir de tu esencia,

eres lo poco que quedas.

 

 

Reo de recuerdos que palpitan.

Me cuesta abrazar fantasmas,

aferrarme a momentos,

hoy fugaces suspiros,

a los que ni la fuerza ni el deseo

lograr retener en su tiempo.

 

 

Con todo ello,

sigues dentro,

viviendo de mis instantes casi muertos.

Tu risa, tus ojos, tus besos,

ladrones de mi destierro,

te mantienen joven

en la lejanía bucólica del cuerpo.

 

 

Cicatriz del destino

con el que se tiñe de luto el pensamiento,

en un caminar velado,

derramando mis carnes todo sustento,

al buscar y no encontrarte,

más que en esos borrosos instantes.

 

 

 

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