lunes, 12 de agosto de 2013

Me importa una mierda.


 

Bruma de noche húmeda,

pese no verte

mis huesos te presienten,

mía la muerte sumisa y obediente,

recadera y querida.

De mis parpados cerrados,

 señalo tus pasos,

mis ojos guían,

afilada hacha,

extensión de mi mano dormida,

en silencio o gritando,

rebana de una pasada

los miserables gaznates,

que inmerecidamente

 parió la vida.

 

 

Me importa una mierda

lo que de mi se diga,

lo mal que esta desear para otros

parca y oscuridad.

No esta en mi legado fingir la vida,

ser incapaz de mostrar mi verdad,

me niego a resignar la palabra,

a cambiar el gesto de cara,

me niego a perdonar al asesino,

al depravado, al violador,

al puto ladrón.

Aun cuando con el dedo,

me acusen por esto,

 de ser igual a ellos.

Yo rechazo,

 el políticamente incorrecto

que da tanto miedo.

 

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