domingo, 29 de diciembre de 2013

Mazmorra de piedra.





Desgarraste el fuego del alma,
la risa que se portaba.
Arrasaste con las rosas de la ventana
y, toda esperanza.


Lucero de mis noches,
nana de serena mirada.
Mentiste sin pedirte nada,
castigando aquel vapor de lágrima.


Mazmorras de piedra negra,
fronteras de carne y vena,
infinita distancia del que espera de tu boca,
palabra sincera.


Coloreaste de promesas y espejismos
el cariño sin condiciones,
esculpiste la razón, olvidando aquello que nos unió,
motivo de este, mi dolor.


Acabe con miles de margaritas,
buscando entre sus desvalidos pétalos,
uno que diera valor.
Consuelo imaginario del latir de un corazón.

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