domingo, 12 de enero de 2014

El peso de mi dolor.



Busco entre sombras la paz que preciso, 
se me acumula el odio, la rabia y el asco, 
viendo en que nos convertimos. 
Hoy, el ladrón que vivió mejor que el trabajador
pide alimentarse de lastima, 
como el terrorista y el corrupto político.


¿Soy yo solo el raro, 
el que no perdona y pide responsabilidades? 
Me duele el alma 
sin saberme ignorante o equivocado, 
mientras siguen los impresentables 
jodiendo a dos manos. 


Cuan complicado se hace vivir, 
pensar y razonar, 
entre tata sucia mano, 
cuan difícil para un pueblo sencillo, 
de oficio y sacrificio, un pueblo llano 
que pese toda la mierda que esta tragando, 
sigue sentado, pidiendo tan solo, 
un trabajo.


Tal vez sea yo, 
mi mala leche y pésimo humor, 
tal vez este en un error, 
en mitad de la mayor equivocación.


Tal vez... pero, 
con cada noticia del terrorista 
que pide morir en su casita, 
lejos de lo que el permitió a su victima, 
o la del politicucho  cabrón que sale de rositas 
mientras su pueblo queda enterrado en cenizas...


La sangre me hierve 
pidiendo a la justicia 
de una vez y por todas, 
se quite su puta careta.

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