jueves, 6 de marzo de 2014

Perdidos.




Insiste, insiste e, insiste,
para que la mentira en sí misma
haga raíces.
Que regadas de tiempo
y ridícula insistencia
cicatricen,
para que la verdad las bautice.
Perdiendo en un comprimido caminar
la vergüenza que se hizo honrar.
Preciosas palabras
que ni de pequeña voluntad
fueron rozadas.




Con que facilidad y sin pestañear
cambia el político su discurso.
El banquero,
la palmadita en según qué espalda.
La moda.
el color de la primavera.
La muerte,
el despertar de madrugadas.
Con cuanta facilidad
se hacen vanas las palabras,
falso el recuerdo
y, odiosa la esperanza.


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