¿Por qué iba a negarlo?
Yo, no solo he tirado la primera
piedra,
también la segunda, la tercera
y muy posiblemente.
La cuarta y quinta.
No, no solo la he lanzado, no
escondi la mano,
y lo hice siempre,
tratando dar en el blanco.
No estoy libre de culpa,
ni conozco a nadie que lo esté.
No, no soy un hipócrita limitado.
Si he apedreado algo o, a alguien,
jamás ha sido por accidente o capricho.
Así pues, culpable.
¿De qué?
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