martes, 15 de abril de 2014

... que tire la primera piedra.



¿Por qué iba a negarlo?
Yo, no solo he tirado la primera piedra,
también la segunda, la tercera
y muy posiblemente.
La cuarta y quinta.
No, no solo la he lanzado, no escondi la mano,
y lo hice siempre,
 tratando  dar en el blanco.
No estoy libre de culpa,
ni conozco a nadie que lo esté.
No, no soy un hipócrita limitado.
Si he apedreado algo o, a alguien,
 jamás ha sido por accidente o capricho.
Así pues, culpable.
¿De qué?




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