domingo, 6 de julio de 2014

El hombre que nació poeta.



Arañadas, mordidas, apaleadas y despechadas, 
me llegan tus palabras.
Heridas de guerras, injusticias, 
y melancolías desgastadas.


Rostro de lágrimas sin gozo 
podrido de fantasmas y demonios,
de ignorancias a hierro y fuego 
impuestas al cuerpo.
Palabras sencillas y honestas 
que se niegan a callar, fallecer o mentir.


Palabras que gritan, cantan y aclaman, 
palabras trasparentes que abrazan, besan, quieren. 
Palabras del pueblo, 
su pueblo de gentes y alma.


Hombre y poeta que no rindió ante los pies de nadie, 
la libertad de sus letras.


A la memoria de Miguel Hernandez.

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