En mi mente,
un imaginario dedo traza círculos.
Los hay azules, rojos y, también negros.
En su interior, más y más borregos.
-¿Porqué, porqué de todo esto?- Pregunto a mi cerebro.
No hay respuesta,
mientras siguen multiplicandose aquellos esponjosos bichos…
y no, no trato de dormirme.
¡Aunque tal vez!
Sea de eso lo que trata esto.
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