A la espera de la muerte se perdió la
vida,
corrupción de sentimientos que envuelven
y abrigan.
Restando, sumando, ocultando y tirando
los días...
a la espera de la parca, sacrifico la
vida,
sumergida en un pozo que ni siente ni
mira.
Rehén de sí misma,
agoniza en la cavidad agrietada y divina
de su imaginada risa.
Roída desde las piernas hacia arriba,
infame y absurda, respira sin darse
cuenta que ya es tarde,
que de nada valió resguardarse.
Letras contra la violencia de genero.
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