domingo, 30 de agosto de 2015

¿Por una vida mejor?






Cuan lagunas de calma memoria,
el Mediterráneo hasta el coño,
deja ahogar en sus espumas,
el grito y el sollozo.


Más nadie hace nada, todos prestan sus espaldas,
que la vida de otros no duele,
aunque en ellos se refleje nuestra muerte.


A la orilla de mi playa
mil cadáveres las olas han traído,
entre ellos hay mujeres
y también niños.


La vergüenza me hace humano,
y el odio bendito, más no entienden las almas,
como se compran los auxilios.


A mí también me duele la tierra,
y me pare el pesimismo.
A mi sus gritos inocentes me llegan
y, solo puedo decirlo.


Ataúdes de hierro en el agua
hacen de la vida infierno,
en esa única esperanza
que llena de páginas mis lagrimas.




A la memoria de aquellos que buscando poner a salvo sus familias, han dejado sus vidas en las aguas de mi Mediterráneo, sin que ningún pez gordo, sin que ningún estado, hagan lo más mínimo por evitarlo.

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