sábado, 26 de diciembre de 2015

Algarabías en mi memoria.





Algarabía y risas
acorraladas entre cocina y galería,
son de aquellos primeros días
ese sonido que cuan luces me domina.
Una  madre, una tarde,
muchos hermanos y la radio.
Hasta que tocan el timbre
desde abajo.
 -¿Se baja la Rosario?-
y restamos,
hasta que poco antes
venga papá del trabajo,
la Rosario suba de jugar.
Siete almas en un corral
jamás hubieron con mayor felicidad,
que las que yo recuerdo
prietas de espacio y tiempo,
en esa memoria que celosa,
para mi suerte
nunca me agota.







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