domingo, 29 de octubre de 2017

¡Che! ¿Y si nos vamos yendo un poco así, como a la puta mierda?


No cabe, ni  en la cabeza de conocimiento contado y justo,
otro final que no pase por diñarla el día que menos te vas a pensar.
Pese a ello, somos tan sumamente gilipollas
que nos seguimos llevando mal,
cuando tan sólo, hay una oportunidad.

A ver quién es el listo que me dice lo contrario
viendo el mundo como esta,
lleno de gallitos mal paridos cuyo fin es asesinar,
por esa fe ridícula que hace del extremo voluntad,
y al vecino. Rival, salvaje y criminal.

¿Que me dicen del fútbol? deporte nada más,
que nos inyecta en la tripa aquello que es de todo menos imparcialidad,
dando al tonto alas para sentenciar,
al que golpea la pelota en dirección distinta
o al que con un pito hace empezar, y hace parar.

El mundo de cada uno terminara por igual, en un soplo de aire,
pero eso da igual, mientras hay vida hay esperanza,
y odio, maldad, envidia, ignorancia, y cosas a las que follar.
Así pues ¡jodamos! Jodamos al de enfrente, que morir, morirá,
pero que lo haga antes y peor... ¿consuelo de tontos? si, pero consuelo. 

Con tanto ombligo hinchado y tanta razón sin meditar,
nos seguiremos matando por aquello de adelantar
lo que sin duda, nos ha de llegar.
Porque la vida es fantástica y, la naturaleza con toda su inmensidad,
pero el hombre es idiota y da para poco más,
que aprender a sacarse los mocos con la mano que no le han de cortar.

Es posible que no se me note,
pero estoy cansado de tanta gilipollez sin depilar.
La vergüenza me somete según madura mi edad, y en ella,
atado de pies y manos, a bien solo mi lengua dejan andar,
hacia aquellos inclinados acantilados donde el fin no comienza
y la muerte viste igual, al idiota con corbata que al listo con alpargata. 

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